21 Mayo 2012
La solidaridad inversa nos tiene estancados en la lucha contra la pobreza
Gerardo Fumero Paniagua
Ingeniero
Argumentaba este autor en un artículo del 2/12/2004: “La Nación del 21/08/2004 informa: ‘Clientes de AyA se quejan por la eliminación de subsidios en tarifas’, como consecuencia de la más reciente alza en el servicio de agua”.
Terminaba advirtiendo: “Cabe preguntarse, entonces: ¿Estará el ente regulador preparando el camino al TLC?
O, más grave aún, ¿tendrá el ente la capacidad de defender nuestro Estado solidario y hacer cumplir su propia ley, ante la amenaza de terminar con él, contenida en ese tratado?”.
La historia se sigue repitiendo, tanto por autoridades de Gobierno, como por los responsables de la aprobación de las tarifas de los servicios públicos.
Por ejemplo, por iniciativa del Gobierno, como consecuencia del Decreto No. 031-MINAET, Gaceta 50 el 20/04/2012, se rebajaron en un 16% las tarifas eléctricas para los más grandes industriales de este país.
Menos de un mes después, La Nación del 15/05/2012 informó de que “la Aresep le puso precios mínimos y máximos a la energía eléctrica que el ICE le compra a los generadores privados”. Sobre el tema también informó el Diario Extra que: “al respecto, la Aresep apunta además que el esquema tarifario aprobado promueve el aporte de inversionistas privados y pretende aumentar la oferta de generación privada”. Se trata de un aumento en las tarifas para los generadores, pues alegaban tarifas ruinosas.
Y, mientras –para el pueblo–, el Gobierno intenta reformas que de solidaridad tributaria solo tienen el nombre, aprueba por decreto impuestos de venta a más productos de uso común, etc.
Estas son, sin embargo, las formas visibles de esa solidaridad inversa, que las autoridades costarricenses practican desde hace décadas y que nos tienen estancados en la lucha contra la pobreza y la pobreza extrema, al contrario de muchos otros países latinoamericanos, que han logrado reducir esos flagelos.
Subsidios menos visibles se dan por la vía de las exenciones, de las que se ha hablado mucho recientemente, en zonas francas, por ejemplo.
Pero hay otros subsidios totalmente escondidos, como, por ejemplo, los que se dan a los generadores privados que venden su energía al ICE.
Explico: 1) Por Ley No. 7200 los generadores privados producen energía eléctrica, aprovechando las fuerzas del agua –bien de todos los costarricenses– sin pagar más que un monto simbólico por ello. 2) Los generadores privados entregan toda su capacidad durante unos 9 meses, mientras dure el periodo lluvioso, pues son plantas a filo de agua, (no tienen embalses).
Sin embargo, durante el verano, cuando al ICE le escasea también el agua y la energía de fuentes hídricas, pues los ríos merman su caudal, también a los generadores privados les falta el agua y entregan un 30% o 40% de lo que producen en invierno. Y entonces el ICE debe quemar combustibles fósiles para respaldar tanto sus propias plantas, como las de los privados.
Si durante el invierno le sobra energía al ICE, este debe botar agua, pero a los privados se les debe comprar toda la energía, aunque el país no la necesite.
Y, en verano, el faltante de todo el sistema (público y privado) debe ser cubierto por el ICE, quemando petróleo, sin que eso afecte para nada el bolsillo de los privados.
Así hasta yo –decía un personaje–, cuando las utilidades son mías y los riesgos, del Estado.
http://www.nacion.com/2012-05-21/Opinion/solidaridad-inversa.aspx
+506 2290-8801 / 2290-8802
Sabana Sur, del Restaurante Mc Donald’s
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